Cuando uno habla de un artista como Pablo Picasso (1881-1973) debe de tener en cuenta que las imágenes de sus obras están protegidas por lo que se denomina derechos de autor, hoy en día tan de moda por mor de las facilidades tecnológicas y de la falta de escrúpulos. Tras la muerte del artista, estos derechos de autor les corresponden a sus herederos legales, los cuales los aplican de la forma que creen conveniente. En el caso que nos ocupa, la unión de los herederos para gestionar esos derechos se denomina Sucesión Picasso (Succession Picasso, organizados en la sociedad Picasso Administration), aunque ellos lo explican mucho mejor en su propia página, la cual nombran el sitio web oficial, del cual hay que resaltar su diseño picassiano, alarde de buen gusto y sentido estético. Han tenido la deferencia de crear una versión en castellano, esfuerzo el cual, a pesar de algunos pequeños problemas de traducción, se les agradece enormemente, pues no es nada común, por desgracia. Para explicarse mejor todo esto, a aquellos que sientan curiosidad por la historia del artista y quieran acercarse a Picasso y sus alrededores sin miedo les recomiendo la lectura del capítulo Raíces y herederos, perteneciente al ameno libro de Rafael Inglada Picasso: 30 visiones, editado por Arguval, una de esas obras de divulgación imprescindibles y divertidas, recomendable en su integridad.
La entidad encargada por esos herederos para vigilar que se cumplan los derechos de autor en España, lo que ellos llaman su agente, es VEGAP, depositaria también, como sociedad de autores, de los derechos de otros famosos artistas.
En nuestro ánimo está el máximo respeto por los derechos de autor de un artista admirado y al que desde esta bitácora nos proponemos acercar y explicar en la medida de nuestras posibilidades al mayor público posible, no solo en las aulas. Por ello, utilizaremos frecuentemente los enlaces de hipertexto con el fin de incorporar las imágenes a nuestro discurso desde otras páginas.
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